lunes, 19 de enero de 2009

viernes, 9 de enero de 2009

EFE CINCO

El mes de Diciembre estuvo caracterizado por la presencia de una especie de manto negro sobrevolando mi existencia. Como los de la ‘Préfecture de Police’ me habían dado cita para el 26 de Diciembre tuve que abandonar la idea de pasar Navidad en Buenos Aires, pagué el suplemento correspondiente y cambié la fecha del pasaje, me mandaron a trabajar al depósito de Sèvres, durante la entrevista que tuve el veintiséis me dijeron que todavía no tenían una respuesta para darme pero que, si mi permiso de estadía se vencía antes de haber recibido noticias de ellos (mi permiso vencía el 4 de enero), me iba a encontrar en situación ilegal. Me fui a pasar un fin de semana a Inglaterra (como tengo amigos, acostumbraba a ir por lo menos una vez cada dos o tres meses) y estuve cuarenta y cinco minutos detenida por la English Border Police (mis papeles todavía estaban en regla pero, como mi permiso se vencía a principios de enero, ellos creyeron que mi idea era abandonar París para recluirme en tierra inglesa), etc, etc, etc.
Los etcéteras incluyen detalles de la vida de todos los días que mostraban claramente que estaba padeciendo los efectos de una bola de nieve de negatividad: hacía frío y se nos rompió el radiador, mi room-mate me avisó que a fines de enero iba a abandonar la casa que alquilábamos y que, entonces, iba a tener que buscarme otro lugar para vivir, me robaron el celular, perdí los tickets Restaurant, qué se yo...cosas por el estilo.
Lo pensé un poco, hablé con mi jefe, le pedí vacaciones y me vine para Argentina. Sintetizando, para todos los que me han ido preguntando que qué cornos estoy haciendo y que qué cornos voy a hacer, informo que, oficialmente, estoy de vacaciones hasta el 20 de enero.
De ahí en más habrá que ver qué pasa. Si la respuesta de la Préfecture llega antes de fines de febrero (es la fecha límite en la que pueden emitir una respuesta), actuaré en consecuencia. Si es un SI, volveré a París sin mayores inconvenientes. Si es un NO o si no hay respuesta (el hecho de no recibir respuestas equivale a recibir una respuesta negativa), abriré el abanico de posibilidades y empezaré a buscar aires nuevos. Por las dudas, ya empecé a barajar distintas alternativas.
Por el momento, disfruto del impasse y espero con ansias la próxima campana de largada.

lunes, 5 de enero de 2009

MI PERRO DINAMITA

Durante el vuelo que me trajo de vuelta a Buenos Aires, me tocó viajar entre un bebé de siete meses y un perro Pomerania.
Aunque ambos tuvieron dificultades para conservar la calma durante el despegue y el aterrizaje, se comportaron bastante bien durante las dieciséis horas que duró el vuelo.
El perro no comió ni bebió nada durante todo el trayecto (lo único que le ofrecieron fue un cubito de hielo para que lamiera durante el desayuno) y casi no ladró durante toda la noche.
Funny thing: transportar un animal adentro de la cabina del avión se paga por kilo; el kilo de perro cuesta treinta euros. El viaje de Tommy, la mascota en cuestión, salió bastante barato; el pobre can, solamente pesaba cuatro.

viernes, 2 de enero de 2009

LOST IN TRANSLATION

PRETTY OBVIOUS

Artículos prohibidos en el equipaje de mano de los pasajeros que viajan en avión: revólveres, arcos y flechas, navajas, tijeras, serruchos, martillos, hachas, destornilladores, cachiporras y palos de golf.
No me queda muy en claro qué clase de instrumento es el que está al lado de la tijera pero, sea lo que fuere, tampoco pueden incluirlo entre sus pertenencias.