lunes, 31 de diciembre de 2007

MUDANZA EN PUERTA

Mañana me mudo a un monoambiente de 10 metros cuadrados que queda en la rue du Regard frente al departamento de Lionel JOSPIN, cerca del Barrio Latino y de Saint Germain, y a dos pasos del Jardín de Luxemburgo. El departamento es chiquito pero está muy bien ubicado. La ducha del lugar está insertada en una cabina de plástico blanco del tamaño de la que usaba Superman para ponerse la capa. El baño es compartido.
El departamento en el que vivo actualmente está en un sexto piso. El lugar a donde me voy a mudar también. En ninguno de los dos edificios hay ascensor.
En París, los edificios sin ascensor y los baños compartidos de los últimos pisos son lugares comunes a los que, de a poco, me voy adaptando. Lo de las escaleras no está mal (salvo cuando subo con las bolsas de las compras…). Lo del baño compartido es algo que no me termina de cerrar. Año Nuevo, baño y vecinos nuevos. Prepárense para leer mis nuevas aventuras, las anécdotas no van a dejarse esperar…

NOMADISMO HEREDITARIO

Hay personas que pasan toda su vida en un mismo lugar. Otras no. Mis tatarabuelos nacieron y vivieron en Suiza, España y Alemania. Mis bisabuelos crecieron en Europa pero a principios de siglo decidieron irse a vivir a Argentina. Mis abuelos nacieron en Córdoba, Buenos Aires y Catamarca y por distintos motivos terminaron coincidiendo en la Patagonia. Mis papás se conocieron en Comodoro Rivadavia pero eligieron dejar su ciudad natal para instalarse en Buenos Aires.
Yo nací en Almagro. A los dos años nos mudamos a Bahía Blanca. Al año y medio volvimos a la capital. Entre mis 4 y mis 9 años cambiamos de domicilio cinco veces. Ahora vivo en París. El año pasado decidí ir a pasar un tiempo a Inglaterra. Armé las valijas y me fui. Volví en Agosto. Entre los meses de Agosto y Diciembre me mudé cuatro veces (siempre en París). Año Nuevo, casa nueva; mañana vuelvo a cambiar de dirección.

jueves, 27 de diciembre de 2007

FUTBOLERA

El número 50 de la edición francesa de la revista SO FOOT está integralmente dedicado a Diego Armando Maradona. Se consigue en cualquier kiosco de diarios y revistas, cuesta 6.95 euros (31.30 pesos argentinos) y trae un DVD con el documental ‘Amando a Maradona’. La tapa promete un “Tout ce que vous n’avez jamais lu sur lui”, con un análisis de la trayectoria del « ídolo » desde sus orígenes en Villa Fiorito, su paso por Boca y su desempeño en la selección argentina hasta su llegada a Barcelona, Nápoles y Sevilla. Hay un artículo especial sobre el gol de la mano de Dios (“Argentine-Angleterre 86, le but du siècle par ses victimes”) y 25 reportajes.
Si estuviera viviendo en Argentina jamás se me hubiera ocurrido comprar un ejemplar. Desde que estoy en París me volví fanática de la Argentina. Compré uno para mí y 4 para regalar en Navidad.

viernes, 21 de diciembre de 2007

GRACIAS

Llegamos a la última semana. Se termina el año. Yo pasé los primeros seis meses en Inglaterra, hice una escala de un mes y medio en Argentina y preparé mis valijas para volver a instalarme en París.
Quisiera aprovechar este medio para decir gracias a todos los que estuvieron cerca a lo largo de este año. A los que están desde siempre. A los que persisten a lo largo del tiempo y siguen estando.
En Argentina, a Silvia del Campo, A Seb Barbié y al clan Girard (gracias Alejandra por mantener el contacto). A Gabriela Galiana y a Analía Correa, dos ex-compañeras del secundario con quienes retomé contacto hace un par de meses. Gracias.
A Ale Benevento, Grace, Ale Schillizzi, Manou, Yamine, Alex, Mimie y Gaël, que siguen estando en mi mente aunque nuestros encuentros sean mas esporádicos.
En Francia, à Matthieu y a los Mareine qui sont toujours là quand il faut. A Stéph, qui n’est jamais là quand il faut, mais qui est toujours là quand même. A Bruno.
A la gente linda que conocí en Inglaterra, a Taunya y Alejandro Morales, a Tuchi y a Nico, a los Munday, a los Armstrong y a los Tizard. Thank you so much for being so nice to me during my stay in Windlesham.
En una categoría aparte y especial, a mis papás, y a mi abuela.
Por último, y volviendo a la categoría ‘amigalera’, a los abanderados y escoltas. Del lado de acá, a Cecilia y a Marg; del lado de allá, a Matías, a María y, por supuesto, a Massad.
A todos, GRACIAS por haber compartido partes del 2007 conmigo. Gracias por ESTAR.
Lo mejor para el año que comienza. Que podamos compartir muchos otros almuerzos y charlas de café, intercambiar muchas novedades vía e-mail o vía “Chat”. Por muchos otros encuentros, discusiones, confesiones…
Que tengamos la posibilidad de hacer, de descubrir, de crear y de crecer. Que aprendamos a mirar el lado positivo de las cosas, que dejemos de buscarle la quinta pata al gato. Que podamos ser felices, aunque sea de a ratos.
Sepan todos que son muy importantes para mí. Estoy lejos pero los tengo cerca. Ya saben que el 24 y el 31 van a estar acá. Y antes y después también. Los llevo conmigo.
Joyeux Noêl !! Happy New Year !!

miércoles, 19 de diciembre de 2007

HIGIENE LABORAL

La mayoría de mis compañeros de trabajo cierra la tapa del inodoro cada vez que va al baño. Alguien me puede explicar por qué? Yo no entiendo.
Un inodoro cerrado es como una caja de Pandora. Las sorpresas no siempre son buenas y, en estos casos, uno nunca sabe con qué se puede llegar a encontrar.
Y que no me vengan a decir que es por una cuestión de higiene porque no hay nada menos higiénico que andar manoseando la tapa de un inodoro semi-público (en mi piso somos 15 empleados y hay un solo inodoro).
Además, tapar el inodoro es poco práctico, es como tapar un vaso.
Otro tema: todos mis colegas usan el baño y salen a lavarse las manos en la pileta de la cocina, que está justo al lado. Se supone que es porque nadie lava ni cambia la toalla que esta en el toilette (en la cocina hay servilletas de papel). Yo sugiero (internamente) que se laven las manos en el baño y vayan a buscar servilletas a la cocina. O que pongan servilletas de papel en el baño. O que se sequen las manos en el pelo (de paso se peinan), o que usen papel higiénico. No sé, no se me ocurre otra opción pero no creo que sea tan difícil encontrar una alternativa para solucionar el problema…

martes, 18 de diciembre de 2007

CURIOSIDAD AL VOLANTE

Sacar el registro de conducir en Francia cuesta alrededor de 1200 euros y lleva más o menos un año. Antes de presentarse al examen hay que seguir una formación práctica obligatoria de 20 horas.
Los que consiguen aprobar la parte teórica están autorizados a rendir el examen práctico. Los que aprueban el examen práctico reciben el registro.
Hasta ahí todo más o menos igual (salvo por los 1200 euros y las 20 horas de formación obligatoria…).
Ahora bien, junto con el registro el conductor recibe 6 puntos. Cuando un automovilista comete una infracción, además de pagar una multa y perder plata, pierde parte de esos puntos. Cruzar un semáforo en rojo cuesta 3 puntos. Estacionar mal o superar la velocidad máxima autorizada, también.
La persona que pierde la totalidad de los puntos que le otorgaron al principio queda inhabilitada para manejar durante medio año.
Al término de esos seis meses el conductor tiene la posibilidad de abonar la inscripción para rendir el examen teórico otra vez y así tratar de recuperar el registro y los 6 puntos que lo habilitan para volver a manejar.

lunes, 17 de diciembre de 2007

UN ARGENTINO EN PARIS

Carlos es argentino pero vive en Madrid. Tiene una amiga en París así que, cada vez que puede, junta sus bártulos y se hace una escapada a Francia.
Domingo. Nos levantamos tarde, desayunamos rápido y salimos a recorrer la ciudad. Hace mucho frío pero hay sol. Museo de Arte Moderno, exposición de artistas independientes en el Grand Palais, Champs Elysées, crêpes al paso, métro y marcha. Caminamos desde el Barrio Latino hasta el Sacré Coeur.
Interludio. Carlos necesita hacer un alto para ir al baño. En París hay baños públicos por todos lados; lo único que hay que hacer es buscar uno y poner un par de monedas en la ranura correspondiente para accionar el sistema.
Un argentino en París piensa y dice “Mira si yo voy a pagar para usar un baño? Busquemos un McDonalds”.
Los baños de los McDonalds parisinos o de cualquier otra sucursal de cadenas de comida rápida tienen un código de acceso. Hay que consumir. Podemos tomar un café o comer algo, en el ticket de venta va a figurar la clave para abrir la puerta del toilette. La propuesta no parece terminar de convencerlo. Opción número 2: podemos caminar un poco más y esperar hasta llegar a mi casa.
Va a esperar. Viveza criolla. Carlos piensa otra vez. Va a esperar al lado del baño público hasta que salga el que acaba de entrar, va a retener la puerta y va a hacer uso del servicio sin tener la necesidad de pagar.
Detalle: los baños públicos en París tienen un sistema de lavado automático (yo no lo sabía), se limpian solos después de cada uso. Carlos entró al baño en el momento en que alguien salía; el sistema consideró que había que limpiar.
Conclusión: Carlos se quedó atascado en la cabina durante el proceso de auto lavado. Después de mis intentos desesperados por conseguir cambio logré abrir la puerta. Inserté las tres monedas que hubiera debido usar él al principio de la historia, y lo rescaté.

lunes, 10 de diciembre de 2007

AU RESTAURANT

En Francia la gente acostumbra a comer la carne casi cruda. Si vas a un restaurant y pedís carne siempre tenés que aclarar el grado de cocción (o de “crudición”) con el que la querés. Bleu, saignant, à point… Para mí la question ne se pose même pas. La carne se come cosida. Acá si no hacés la aclaración te traen la carne de color rosa y, si aclarás « bien cosida », te la traen chamuscada.
Pausa de almuerzo. Maxime me invita al restaurant. Qué pedimos, qué no pedimos. Plato del día: Tartare. No sé bien lo que es, el vocabulario francés relativo a la comida nunca fue mi fuerte. Me gusta la salsa Tartare asi que allez, 2 platos del día. No son caros y salen rápido.
El punto es que yo nunca antes había pedido Tartare en un restaurant y no tenía la más pálida idea acerca de lo que era.
Ahora sé. El Tartare, que no tiene absolutamente nada que ver con la salsa que lleva el mismo nombre, es un plato que consiste en un puñado de carne picada cruda (no mal cosida sino literalmente cruda), mezclado con un huevo (también crudo) y amasado en forma de albóndiga. Todo viene acompañado con papas fritas.
Detalle: el verdadero Tartare se prepara con carne de caballo pero la mayoría de los restaurants también proponen la variedad hecha con carne de vaca.
Sin comentarios. O con. Alcáncenme la guitarra que se los digo en versito payador:
Y para ir finalizando, por si lo quieren saber
Procedo yo a detallarles el final de nuestra cita:
Maxime comió dos Tartares y yo comí papas fritas.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Inflación navideña, devaluación sentimental

El mismo kilo de cerezas que hasta hace dos semanas costaba 18 euros hoy cuesta 36.90 euros (“Au jardin de Montmartre, 63 rue des Abesses, Paris 18ème). Según los cálculos del frutero, el precio puede llegar a alcanzar los 50 euros (e incluso superarlos) entre el 24 de Diciembre y los primeros días de Enero.
No es que venga al caso pero, a pesar de que ya hace un tiempo que estoy por acá, no dejo de pensar en lo que pasó en el 2001 (consecuencia obvia de los últimos gobiernos, tampoco le echemos toda la culpa a De la RUA…). No sirve de nada pero veo los precios y automáticamente hago el cambio.
1 euro = 4.61 pesos.
1 Kg. de cerezas = 36.90 euros
36.90 x 4.61 = 170.10 pesos

Un kilo de cerezas en Francia cuesta, HOY, 170 pesos en moneda argentina…Flashback. Full stop. Point et à la ligne. Et avec ceci, Madame…? Euh…Ca ira très bien comme ça, monsieur, ça ira bien comme ça…

martes, 4 de diciembre de 2007

INTER-CAMBIOS...

Cuando llegué a Paris por primera vez (a fines del año 2000) me causaba mucha gracia que la gente de la oficina no se tuteara, que en las presentaciones se impusiera el apretón de manos al beso, que nadie hiciera demasiados gestos al hablar (de esto me percaté cuando un amigo hizo una imitación de mi manera de hablar en una “soirée”; a ellos les parecía gracioso lo que para mi era normal). Otra diferencia en la manera de dirigirse al Otro radica en la distancia física que se establece entre dos personas que están teniendo una conversación (en Argentina la distancia es mucho mas corta). Además, los argentinos entramos en confianza mas rápido y buscamos siempre alguna forma de contacto físico; en qué conversación entre dos amigos no hay una palmada en el hombro o un apretón de manos? Siempre hay un “touch”….Acá no, y si se te da por ejecutar uno mientras estás hablando con alguien paralizás el sistema y quedás como un desubicado (yo ya no los ejecuto tanto…fue una de las “remarques” que me hicieron en Argentina lors de mon dernier voyage…).
Otra diferencia cómica es la manera en que llamamos a las personas. En Argentina es muy común usar sobrenombres que hagan alusión a alguna particularidad física para referirnos, e incluso dirigirnos a nuestros amigos. Todos conocemos a algún Cabezón o algún Pelado. No se me ocurren muchos otros pero la lista se puede engrosar fácilmente: el Gordo, la Enana, el Colorado, el Chueco, el Narigón…En Francia una cosa así es impensable.

Hace poco unos amigos franceses que vivieron durante un tiempo en Argentina me contaban que una vez, mientras hacían un Alto en un centro comercial de Palermo, la empleada de una de las boutiques, después de haber establecido la conversación correspondiente con la madre de familia (de qué parte de Francia venían, hace cuánto que vivían en el país, si extrañaban, etc, etc, –BTW hablar con un desconocido en un negocio es otra cosa que acá no se hace...) había lanzado el comentario “tus hijas son muy monas…”. La frase, que al principio los sorprendió un poco, pasó a engrosar el anecdotario de la experiencia de haber vivido en Argentina. Ellos tienen anécdotas como yo pero con la mirada invertida; lo que a ellos les parece extraño a mi me parece normal, lo que a mí me parece común a ellos les parece raro.

Viajar, vivir en el exterior, y estar en contacto con gente de otra cultura es enriquecedor. Uno aprende a mirar a los demás (y a uno mismo) de otra manera. El ángulo cambia, el valor que uno le otorga a determinadas maneras de actuar, o de dirigirse al Otro es distinto. Por eso, y por muchas otras cosas mi experiencia en Paris marcó un cambio. De a poco trataré de irlas contando.