Ayer me levanté temprano y fui hasta el centro. Como estaba cerca de la oficina en la que trabajaba antes de irme a vivir a Francia, decidí pasar y saludar a mis antiguos colegas.
Cuando llegué a la puerta del edificio, el portero respondió cordialmente a mi “buen día” y, ni lerdo ni perezoso, agregó: “Subí tranquila, no te apures que el jefe todavía no vino…”.
Al escucharlo, no fue poca mi sorpresa; y un poco mayor fue la de él, cuando le recordé que, yo, hacía casi diez años que no trabajaba en esa empresa…
4 comentarios:
Parece uno de tus Dreams, dreams, jeje.
Besos!!
el tunel del tiempo...el pobre señor quedó atrapado...
lectora
desde cancun
no importa, si el jefe no llegó, no llegó!!!Bienvenidaaaaaaaaaaaaaa
Obbvvio. En realidad, lo malo hubiera sido que me amonestaran por llegar tarde...
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