GRACIAS, EVA

Adán puso cara de póker y se escondió atrás del árbol.
Para variar, la que quedó como una perra (y terminó pagando el pato), fue Eva.

ANIVERSARIO Y FALTA DE COHESION

Hace exactamente dos años empecé a escribir este blog.

Acababa de volver a mudarme a París, luego de una incursión en tierra inglesa.

Estoy en Buenos Aires.

Escribía para mantener el contacto con la gente que había quedado acá, mientras estaba allá.

Porque le tomé el gusto.

Agua debajo del río.

Mucha.

Ríos por encima del agua.

Algunos.

Agua. Agua clara.

Claro, cloro y agujero de ozono.

François Ozon.

Provence. Aix. Aix en Provence. Eks. Verano.

Buenos Aires. Verano.

Sur o no sur. Paredón. ¿Y después?

ET POURTANT

Con la malla enteriza, las antiparras, la tablita para flotar y el gorro de lycra que te deja la cabeza como un fósforo, resulta casi imposible poder seducir a una persona. Et pourtant…

IDEAS INCONEXAS (O NO TANTO)

¿Habrá sirenos en el fondo del mar o la escasez de hombres será una similitud que el mundo acuático comparte con el mundo terrenal?
En el caso de comprobarse la existencia de sirenos de mar, ¿de qué manera se lleva a cabo la reproducción de la especie??
¿Será por eso que no hay?

¿Por qué mataron a Jimena Hernández?

Por momentos, cuando sumerjo la cabeza en la parte profunda de la piscina, tengo la sensación de escuchar las voces, los gemidos y los llantos de todos los que murieron atascados en el agua de mar. O de río. O de zanja. O de pileta barrial.

LA GARGANTA DEL DIABLO

Otra vez me duele la garganta. Todo empieza siempre de la misma manera. Tengo una bolita dura repleta de dolor debajo de la lengua (a esa altura) pero adentro de la garganta. Del lado derecho, siempre es del lado derecho. El primer día duele con dolor de moretón, de piña de recreo. El segundo, en cambio, la pelotita estalla y todas las bacterias vuelan adentro de mis fauces. Flotan y se desparraman; caen, se posan y se aplastan.
Mil patas de bacterias apretándome la parte posterior de la lengua y la parte anterior de la garganta. Me automedico y duermo.
Y así, cada vez, todo lo que hago es refugiarme y esperar a que el proceso pase para que, pocos días después, vuelva a empezar.

AMIGOS SON LOS AMIGOS

Acabo de recibir este mensaje de texto de parte de uno de mis más entrañables amigos:
“Tenemos un chico para vos…Lo estuvimos pensando y son compatibles…Tiene 29 años, labura, tiene auto, es buen pibe…bah…tranqui, qué se yo, independiente. ¿Le podemos pasar tu mail o tu número de teléfono..?"
Me reí mucho al leerlo. Y me conmoví por el gesto de amistad de la pareja amiga. La parte que más me divirtió, de lejos, fue la que hacía referencia a la posesión del auto aunque, ahora que lo pienso, el pedazo que habla de la supuesta compatibilidad de caracteres, también es gracioso...
Me quedó una duda: ¿cuáles habrán sido los criterios de selección que priorizaron en la búsqueda?

SATURDAY NIGHT FEVER

Ayer a la noche se me dio por ponerme a pensar qué pasaría si, el sexo de las personas, en lugar de estar encajado en el lugar en donde está, estuviera ubicado en cualquier otra parte; digamos, por ejemplo, en las manos. ¿Se simplificaría el asunto? ¿Habría menos trabas y tabúes? ¿Las cosas transcurrirían de una manera más simple y natural? ¿Habría efectos colaterales? ¿Habría problemas de concentración de los chicos en las escuelas y de los adultos en sus lugares de trabajo?
Además, ¿por qué todo el tema siempre tiene que ser un poco a escondidas? ¿Por qué todo tan tapado y tan poco espontáneo y, sobre todo, por qué los sexos están tan peligrosa y poco estratégicamente ubicados cerca de los aparatos ‘excrementalicios’ y 'urineros'?
Volvamos a lo de las manos: como dije, las personas empezarían a nacer con el sexo ubicado en las manos. ¿Sería mejor considerar un momento de transición para efectuar el cambio de sede o se realizaría todo de manera repentina?. Los embarazos, en lugar de transcurrir adentro del útero, tendrían lugar en el interior de los codos. Los brazos de las mujeres maternales serían carnosos y ‘pieludos’ y, al tener la posibilidad de utilizar cuatro manos (¿lo más conveniente sería tener un sexo encastrado en cada mano o dos partes distintas y complementarias ubicadas en cada extremidad?), las probabilidades de embarazos múltiples aumentarían.
Las contracciones se harían cerrando y abriendo los puños con muchísima fuerza y los bebés nacerían por las puntas de los dedos. Los niños serían entregados casi como por delivery, de las manos de las madres a las manos de los obstetras. Durante el parto, el mayor dolor se sentiría entre las cutículas y los bordes de las uñas. Las manicuras, por supuesto, formarían parte del prestigioso equipo de neonatólogos y tendrían una participación primordial (y obligatoria) en cada nacimiento.

EL PERRO DE FRANCIS FORD COPPOLA

Rodaje en exteriores.

VOLVER A MORIR

Hoy le confesé a mi profesor de natación que estaba convencida de que mi miedo (mi pánico) al agua estaba directamente relacionado con la manera en que morí en una encarnación anterior (ahogada). En un primer momento se quedó mirándome sin alterar su expresión; durante los segundos que tardó en procesar la información yo lo observaba y trataba de imaginar lo que estaría pensando.
De repente, la boca –que hasta ese momento estaba quieta, se movió y dibujó una mueca, los ojos se iluminaron y las cejas se alzaron formando un arquito (dos arquitos). Después sacó uno de los brazos del agua y, agitándolo de uno a otro lado, le gritó lo que yo le había comentado al viejito que venía nadando en la línea de atrás. Para rematar, vociferó: “¡Javier! (Javier es otro de los que sabe nadar), ¡vení para acá porque cuando escuches lo que tengo para contarte, te vas a querer matar!!”.
A mí todavía me faltaba decirle que, si no me animo a ir con él a la parte profunda, es porque me parece que el tapón que contiene el agua de la pileta se puede desajustar; en ese caso, mi cuerpo correría el riesgo de ser aspirado por el torbellino que se formaría durante la inesperada (y violenta) evacuación.
Sé que debe sonar un poco exagerado pero, verdaderamente, me aterra saber que existe la posibilidad de pasar el resto de mis días atascada adentro de una cañería.
Muerte pública. Como sabía que los minutos que seguían iban a ser de juerga y mis temores -aunque probablemente infundados, eran y son serios, en cuanto Javier enfiló para mi anda nivel, agarré mi tablita y me fui pataleando hasta la boya que estaba más lejos de ese lugar.

CLASSIC

¿Por qué será que, indefectiblemente, siempre termino enamorándome del profesor...?