A mediados del año pasado, si bien la empresa que me empleaba renovó su contrato anual, el gobierno francés decidió no actualizar mi permiso de trabajo. Sin permiso de trabajo no se podía tramitar el permiso de estadía y, sin ninguno de esos dos papeles, perdía la posibilidad de quedarme en Francia de manera legal.
En el mes de enero volví a la Argentina para esperar la respuesta a un recurso jerárquico presentado ante el Ministerio de Identidad Nacional. La respuesta a esa instancia nunca llegó; legalmente, la ausencia de manifestación equivalía a una resolución negativa. En ese momento, saqué mi ficha del casillero ‘París’, la apreté fuerte y la escondí adentro de una de mis manos.
Mientras decidía qué hacer con el próximo movimiento, recorrí Buenos Aires, medité, me reencontré con varias personas a las que había perdido de vista desde hacía ya un tiempo, me alejé un poco de otras con las que me había mantenido en contacto, disfruté de mi familia, me acerqué a mis hermanos (solamente un poco pero bueno, por algo se empieza…), me agarré una conjuntivitis viral que derivó en una queratitis que me ulceró una de la córneas, perdí el 80% de la visión de uno de mis ojos, empecé a usar lentes, viajé a la Patagonia, seguí meditando, me perforé las orejas, empecé a usar aritos, me corté (y me teñí) el pelo, aprendí a manejar y empecé a contactar gente y a buscar pistas para volver a instalarme en mi ciudad.
Ahora, utilizando el billete anual que siempre sacaba por anticipado para pasar mis vacaciones en Argentina, cuando todavía trabajaba en París, vuelvo para allá. Entre otras cosas, tengo que organizar mi mudanza –esto es, tratar de vender, canjear y permutar todo lo que sea vendible, canjeable y permutable, y de acarrear de vuelta todo lo que pueda hacer entrar en las dos valijas que tengo derecho a llevar, y hacer algunos trámites que me quedaron pendientes. Además, voy a viajar, a despedirme de la ciudad que me albergó durante tantos años y a decirle adieu a todo aquel que me quiera hacer un wave de goodbye.
Sé que soy una persona afortunada por tener la oportunidad de disfrutar de esta experiencia y, también, por tener la posibilidad de cerrar bien una etapa antes de calzarme los guantes para subir al ring y empezar con otro round.
Me voy pero volveré. Con otras calles, con otras personas, con otros planes, con nuevas ganas de probar y de armar, de hacer y deshacer, de rehacer, de construir, de buscar, de desafiar, de volver a juntar todas las piezas para montar una nueva maqueta. Lista para cambiarle el eje a la historia, a mi historia; lista para meterme adentro de la rueda y volver a jugar y a girar.
6 comentarios:
Mucha suerte Adriana!
Aunque no tendrías algún tipo de chanche de mover un poco el trámite ya que vas a París?
Suerte con lo que elijas!
Qué bueno poder despedirte, disfrutarla de otra manera! Y me anoto para el goodbye! Un beso grande
hola no se como llegue a tu blog pero me lo lei todo!
estuve toda la tarde chusmeando x aqui
me gusto mucho ver todo lo q contas, donde viajaste etc, y me dio mucha risa la obsecion x los carteles generalmente de prohibido y tu interpretacion.
mucha suerte y ojala haya posibilidades de renovar tu estadia en paris.
pasare mas seguido x aca
saludos
Buona fortuna! Enjoy!
Alice: no sé si hay alguna chance pero no voy a intentarlo. Ahora, la que no tiene ganas de quedarse soy yo !! Una de las posibilidades que me plantearon en la empresa era la de inscribirme en un doctorado y trabajar con visa de estudiante (mitad en blanco y mitad en negro) y, la verdad, es un plan que no me va. So, good bye, la France !
Malen: ,no tengo acceso facil a internet. Llamame y arreglamos (06 08 56 36 83)
YEYU: Qué bueno que te haya gustado !!!Volvés a pasar ??!!!!
Almirante ::: Se me hunde el barco !!!! Saqueme de aca !! Que alguien me venga a rescataaaaaaaaaar !!!
Te admiro y quisiera tener tu fuerza para emprender un nuevo camino, que se que seria el mejor que el que tengo ahora.
Muchisima suerte en tu nueva vida!!!!
Lily
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