Ya lo decidimos: en nuestra próxima vida nos vamos a volver a encontrar. Yo voy a volver a ser argentina y él va a renacer en territorio inglés. Nos vamos a redescubrir en Shepard y, después de vivir tres años en New York, dos en Ottawa, dos en Tokio, uno en Hong-Kong y uno en París, nos vamos a volver a instalar en el sur de Inglaterra.
Soy escritora y tengo una inexplicable facilidad para los idiomas extranjeros. Tengo, además, una columna diaria en el New York Times y una participación semanal en The New Yorker. Acaban de publicar mi primera novela.
El estudió economía en la Universidad de Yales y trabaja como analista de riesgos en una compañía financiera.
No vamos a tener nada en común y la gente se va a extrañar de vernos juntos. Ni siquiera nosotros nos vamos a acordar del pacto que acabamos de hacer. Antes de cada venida nos limpian; sería muy complicado acarrear los recuerdos de cada encarnación. Morir, limpiarse, volver, reconocerse (o no), tropezar, caer, levantarse (o no), y seguir. C’est la vie.
All of this will happen, of course, in our next life. For the moment, we are trying to make him go to rehab, and he says no, no, no.