viernes, 30 de noviembre de 2007

Home, SWEET home...

El domingo pasado estaba sola y aburrida. Como llovía, y no tenia ganas de caminar decidí ir al Museo de Arte Asiático de la ciudad de París. Como no es uno de los Grandes Museos hay mucha gente que no lo conoce. El museo tiene cuatro salitas ubicadas en dos plantas. La mayoría de las obras son esculturas en metal (dragones, flamencos, cigüeñas y ciervos) y utensilios con fortmas de animales (ollas, copas, tazas, picaportes de puertas…).
Mientras miraba una especie de serpiente de metal con plumas en la cola y fuego en la boca (no seria un dragón..??) me puse a pensar en mi infancia. Mi mamá tenía un prendedor dorado con forma de serpiente (o de dragón) que le había regalado una alumna coreana para un día del Maestro (mi mamá es Maestra). En esa época íbamos todas las tardes a comprar golosinas al kiosco de la vuelta. Palitos de la Selva, Bananitas Dolca, paragüitas de chocolate, mielcitas de frutilla, chicles Jirafa (existen todavía?), chupetines Pico Dulce, caramelos Sugus, barritas Felfort, Topolines, chocolatines Jack…
Empecé con una guía de arte oriental en una mano y el ticket de la entrada al Museo en la otra y terminé colgada del pasado. De la calle Velásquez, en el distrito 17 de Paris a Beiró y Gral. Paz. Tiempo y lugar. Heureusement que existe la mente para pensar en un lugar y poder pasar en dos segundos del lado de Acá al Lado de Allá.

2 comentarios:

Marisa dijo...

Es real..de eso se tratan los buenos recuerdos y esos momentos imborrables que vuelven en el lugar y el momento menos pensado..solo caen en la memoria como flashes bien definidos !
Linda tarde de recuerdos ! y que ricas golosinas (jajaja)
Soy marisa de buenos aires y cai en tu blog hace unos dias, a traves de otro que estaba leyendo, desconocia este mundo virtual, espero no te molesto que te deje comentarios, estoy leyendo de a poco tus experiencias.
Cariños, Marisa

Adriana Rearte dijo...

Hola Marisa,

Como me van a molestar tus comentarios..??!!
Es cierto lo que decís. Y la velocidad del pensamiento es una ventaja hecha a medida de los nostalgicos. El tiempo y la distancia se cruzan sin dificultad. Gracias por escribir. Sigamos en contacto !