Durante los primeros días de mi nueva estadía en París descubrí que en la estación de métro Barbès-Rochechouart, ubicada en el barrio africano, los habitantes del lugar te esperan a la salida del subte, se te tiran encima y te murmuran a toda velocidad algo parecido a “bra-bro-bro” en la oreja. Se te acercan, te siguen, te vuelven a murmurar…
Me llevó un tiempo descifrar que lo que para mí era un primitivo “Bra-bro-bro, Bra-bro-bro” pronunciado en un tono lujúrico-libidinoso se traducía en un simple “Marlboro, Marlboro” con acento africano-francés, destinado a publicitar la venta clandestina de cigarrillos.
El tema es así: después de la última suba de impuestos al tabaco un paquete de cigarrillos pasó a costar entre 5 y 8 euros (entre 23 y 36 pesos) y el contrabando se puso a la orden del día.
La reventa se realiza en lugares bien puntualizados. Señores, no estoy interesada en los cigarrillos. No, gracias. No, no fumo. No sirve de nada ser gentil. No hay manera de hacerles entender. Es desesperante. ¡Basta de perseguirme hasta la esquina! ¡Termínenla con el “Bra-bro-bro”! ¡Lejos de mí! ¿Alguno se acuerda del personaje de la empleada pública de Antonio Gasalla…? Juro que cada vez que bajo en esa estación me dan ganas de espantar a los africanos que se me acercan con las manos y de empezar a gritar Atrás, atraaaaaaaaaaaás!!!!!
4 comentarios:
Venden Galois Blondes? Cómprame un cartón.
Pero no, querida. venden unicamente cigarrillos MARLBORO !!
Da igual. Yo no fumo.
Igual podrias ir pensando en dejar el pucho, no..??
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